Hace ya días que ando encallado con este
texto. Demasiados días. No arranco, no sé por dónde tomarlo, por dónde empezar,
qué camino seguir.
Yo pensaba que quería hablar de los ojos, del
color de los ojos, expresados de forma poética por la gente corriente. Y en esa
búsqueda encontré ojos de chocolate, de
esmeralda, del color de las hojas en otoño.
Pero no era eso.
Pensaba que quería hablar de los ojos que
describen las canciones, los del color de la Coca-Cola de Fito y sus
Fitipaldis, los ojillos de agua marina de Amaral o los marrones con esa veta
verdosa de Shakira.
Pero no era eso.
Pensaba, en fin, que quería hablar de los ojos
que cantaban los poetas, los ojos de lechuza que Homero vio en Atenea, los de
azabache que Juan Ramón le dio a Platero, los ojos de fría plata que Federico
puso en la gitanilla verde, que la quiero verde.
Pero no era eso. Ahora lo sé.
Yo simplemente quería cantarle a tus ojos de
miel y quería hacerlo robándole las
palabras a Machado y la música a Paco Ibáñez. Y así lo he hecho. No hay más (ni
menos).
La imagen que acompaña el texto es Summer Night (Noche de verano), de Winslow Homer (1890.), Museo de Orsay, París. La música la pone
Paco Ibáñez musicando el poema de Antonio Machado: https://www.youtube.com/watch?v=HZ_I72-I2fI
M'agrada. Em fa pensar en la cançó "brown eyed girl" de Van Morrison, magisrtralment versionada al català pels pets.
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